¿de qué?
Ante todo, debemos decir que de la Independencia...
¿de qué?
Pasamos de depender del poder colonial español, de comenzar un exterminio de pueblos originarios, sólo para continuarlo, con artilugios discursivos como el crisol de razas, la pequeña Europa. Ideas liberales en lo económico y conservadoras en lo político una nueva clase dirigente argentina, que pactó con capital industrial británico una nueva dependencia. Con Roca, Sarmiento y compañía se realizó un terrorífico genocidio en la denominada campaña del desierto. A partir de las luchas de los sectores anarquistas y estudiantiles, se fueron consiguiendo logros como la ley de sufragio universal masculino y la reforma universitaria, para nombrar sólo un par. Luego, por 1910 siguieron los etnocidios, ahora en Chaco. Con el derrumbe de la economía a nivel global producto de la crisis capitalista del 30 y la Segunda Guerra Mundial, Argentina tuvo un coyuntura favorable para la instauración de un modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones. La conciencia política fue monopolizada y manipulada por Juan Domingo Perón, con su paternalismo y formación facista. Época de nacionalización de empresas. Que duró poco. 20 años de una ciclotímica democracia prescriptiva dieron lugar a una de las mayores matanzas y atentados de Estado contra los derechos humanos. Torturas inimaginables, desapariciones, robos de bebés, asesinatos acompañaron las primeras medidas en materia económica ligadas al neoliberalismo. Ya no dependíamos de Inglaterra, hacía ya unos años cambiamos de dueño: el capital financiero estadounidense. Bancos y empresas multinacionales comenzaron a hacerse de nuestros recursos y mano de obra, un festín, siempre amparados por nuestros representantes políticos, por supuesto. Década de los '90: Hiperinflación, desocupación, privatización, recorte de presupuesto público, indultos y leyes asquerosamente reaccionarias, pobreza.
¿Qué me vienen con el bicentenario? ¡Hipócritas!
La historia de nuestro país, como la de Latinoamerica toda, no es más que una carrera de postas de grandes amos en cuestiones políticas y económicas, y hace un tiempo, culturales.
El pueblo ha sido acallado, reprimido, empobrecido, convencido.
No encuentro razones para festejar nada, opino que se debería tomar más bien como un momento de reflexión.
No soy patriota, en absoluto. Una bandera, un himno, un límite territorial arbitrario no forjan mi identidad.
¡¡¡¡Latinoamérica libre e independiente!!!!