sábado, 29 de octubre de 2011

Simplemente un impás

Me encuentro dentro de la música, en su misma producción, desde el centro y con el sentimiento que la caracteriza. Son horas de roles variantes y sonidos encontrados, buscados, ritmos, caras, creación. Y los pibes la sienten, se juntan para eso, es lo que los une y lo que los mantiene. Se charlan detalles, "¿en qué está?"; "¡ése en el corte!" Y cuestiones como "¿te conviene más los sabados?"
Todos encontramos en cada momento una suspensión de la dinámica, todos logramos destruir el mundo y sus expresiones. Ya todos nos situamos por fuera del juego y creamos los satisfactores a nuestras necesidades, sin que quepa una duda, y sin demasiadas vueltas.
Cuando llega el final para un personaje, se lo acompaña, se lo mira, se le agradece y procura un nuevo encuentro de explosión como el vivido hasta hace un rato. Se fijan los parámetros y se procede a la reflexión y conclusión afectiva: "Suerte, loco, cuidate mucho..."
Y está siempre el comentario: "¡Qué locura, por Dios!" Y se retorna a los rumbos que marca el corazón: una birra, una silla, un pucho, un faso, un comentario, la nada...

No dejen de experimentar la música, che. Poco hay como ella en este mundo amputado y encarcelado por la inmediatez.

Decidimos viajar, porque la vida se consume en un instante, aunque recurrimos a ella siempre de forma indefectible, la amamos, porque esto es vida, y nos encanta consumirla...

domingo, 20 de marzo de 2011

¿Equilibrio?

Para un equilibrio forzado, quien pugna por desequilibrarse termina por desconocer la superficie del planeta y por lo tanto, desorientado. Estamos sin rumbo, esquivando obstáculos sin mirar más que para adelante. ¿Lo peor? No tenemos meta.